
Columna del Intendente Jorge Calderón Núñez en diario El Divisadero: «Efecto sin Efectismo»
Son días de amplia crítica ciudadana. Y muchas veces las críticas tienen sentido. Claro, porque se debe entender el espíritu que encierra este concepto en cuanto a separar lo bueno de lo malo, por tanto apunta a un ejercicio tan necesario como frecuente y en el que autoridades, y hoy cada vez más organizaciones e instituciones, estamos expuestos.
Lo esencial en esto, es que este ejercicio crítico permita solidificar confianzas, vínculos y acciones, que reconstruyamos desde un espacio común y bueno para todos. En ocasiones, lamentablemente no es así. Es parte de un devenir en el último tiempo el intentar lograr un cierto efectismo, donde se busca más impresionar que accionar, llamar la atención y marcar la presencia más que avanzar. Es un efectismo sin efecto. Pirotecnia por sobre la verdadera gestión. Más ruido que nueces, decían nuestros abuelos. Como Gobierno buscamos todo lo contrario, es decir, lograr el efecto real de una política, sin calcular efectismos.
Tengo la convicción en este sentido que hemos generado más que una apariencia de avanzar, toda vez que hemos ido gradual, pero consistentemente, incrementando el estándar de vida en todos los rincones de Aysén.
Con lo anterior, no nos escabullimos a los cuestionamientos en materia de política pública, que como digo es parte de los insumos que debemos internalizar de manera constructiva para siempre ir mejorando, más bien anotamos nuestro interés de reforzar lo que nos une en cada tema, nuestra experiencia patagona, y por qué no también nuestro acervo cultural, económico y social para construir desde el acuerdo.
Recordemos que las políticas públicas que son desarrolladas para y con los ciudadanos, deben ser entendidas como políticas de Estado, las cuales trascienden a los Gobiernos de turno y, del mismo modo, deben trascender a los sensacionalismos.
Con esa visión, estamos generando transformaciones estructurales a nivel región y de país, hemos tomado las decisiones políticas en programas de impacto público para concretar lo que se ha exigido en temas como Educación, Salud o Conectividad. Y tal como lo ha sostenido la Presidenta Michelle Bachelet este proceso nos exige coraje. Coraje para saber innovar, para volver a sintonizar en plenitud con los ciudadanos y ciudadanas, dialogando y empatizando con la gente. La tarea no es fácil, porque en definitiva se trata de que veamos y vivamos el “efecto” de volver a abrir de par en par la puerta al desarrollo con sentido, ese desarrollo con el que nos hemos identificado y anhelado históricamente en Aysén, sin dejar espacio al “efectismo” del populismo o a la apatía que aparte de ser nocivas para la democracia, comprometen la credibilidad y sostenibilidad de avances objetivos, incluso aunque hoy sean evidentes y estén al frente de todos.