A menos de 48 horas de iniciarse las Elecciones Municipales 2016 en todo el país, escucho en televisión a un estudiante secundario de Santiago que tras la toma del emblemático Liceo José Victorino Lastarria llama a No Votar este domingo 23.

La acción de toma, obviamente pretendía impedir que se realice el proceso de comicios con normalidad y que los establecimientos educacionales no sean locales de votación.

Sin embargo, la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones) hace unos días se desmarcó de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), evidenciando que entre los jóvenes organizados no hay sólo una opinión. Es más, que no es mayoritaria la opción de no ir a votar. Desde la Cones dijeron no estar de acuerdo en que «de manera autoritaria y antidemocrática» se impida que los ciudadanos ejerzamos nuestro derecho a voto. Claro y es que lo hemos repetido hasta el cansancio, este derecho es también una obligación ética y moral, que nos hace iguales y nos da el poder de decidir qué tipo de sociedad queremos.

También en redes sociales es posible encontrar posiciones similares, que siendo totalmente legítimas en la libertad de expresión, otro derecho que defendemos en democracia, en su mayoría responde a llamados sin una orgánica estable o permanente y que sin líderes, es un llamado que opera en la espontaneidad del mensaje furtivo, la acción espontánea o el discurso de posteo.

Más allá de estos actos, el argumento de fondo es compartir un malestar hacia la clase política. Pero si de omitirnos se tratara al no compartir un ideario, al sentir disgusto, rabia o hasta impotencia, entonces los santiaguinos tendrían que dejar de subirse al TranSantiago, o por la contaminación los temuquenses o coyhaiquinos, tendríamos que dejar de respirar. ¿Parece ridículo no?

Ciertamente, a quienes nos convence el hecho que un voto es la forma más democrática de defender la democracia y lo que pensamos, precisamente no nos hace sentido que la crítica al sistema político sea la abstención. Sería como dejar de respirar. Por el contrario, participar es un pilar para opinar, para manifestarse, para decidir, para proponer, para generar cambios o profundizar alguna ruta que se haya trazado.

En esto, destacar que el aporte de los medios de comunicación social nacional y especialmente los de la Región de Aysén han estado a la altura, sumándose a la campaña de instar a la ciudadanía a ejercer su voto, independiente de lo que cada uno o cada una piense y defienda.

En ese sentido, es histórico también el que a principio de octubre, la Presidenta Michelle Bachelet promulgará una nueva legislación que regula el ejercicio del derecho a voto de los chilenos en el extranjero, y que permitirá en adelante que unos 450 mil compatriotas que viven en el exterior participen en las próximas elecciones presidenciales, en las primarias presidenciales y en los plebiscitos nacionales.

Ha sido una larga lucha, y da cuenta de lo que representa para nuestros connacionales que viven fuera del país el acto de votar y por tanto es un ejemplo hoy para todo Chile. Es necesario ahora “cambiar el switch”, recuperar el optimismo, y la confianza. No es fácil, pero tampoco todo es malo. Hemos avanzado en índices de pobreza, desempleo, y competitividad, somos una gran región que aportamos a un gran país, que se caracteriza además por tener una gran calidad humana.

Por eso, no basta opinar, no basta marchar, hay que también participar, debatir, hay que votar y por eso iré este domingo a ser parte de los comicios municipales como lo harán todos y todas quienes confiamos en la democracia, y que a la vez esperamos seamos miles de aiseninos y aiseninas, y millones de compatriotas a lo largo de todo Chile.