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7 de noviembre de 2016

Columna de opinión del Intendente en Diario El Divisadero: «El Balance…»

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Muchos dicen que el Gobierno no tiene cifras alentadoras. O que las encuestas demuestran la desconexión ciudadana con el mundo político. Y ciertamente es evidente que parte de ello se reflejó en las recientes elecciones municipales vividas en el país y tras las cuales la propia Presidenta de la República reconoció como una señal de molestia de la ciudadanía.

“Chile quiere una mejor política”, dijo la Presidenta Michelle Bachelet, al establecerse una abstención histórica en un escenario de voto voluntario, llamado de atención al Gobierno y a toda la clase política, que nos exige trabajar con más fuerza e incentivar la participación.

El desafío entonces es para el Gobierno, para los actores políticos transversalmente, y al mismo para todo el mundo social, es decir, para cada chileno, cada aisenino y cada ciudadano y ciudadana. Y es que hoy es recurrente escuchar que no existe interés en apoyar un ejercicio político electoral, y ello implica en buenas cuentas no apoyar a la democracia, menos mejorarla ni rescatarla. Una cosa es cierta: pisotearla y desecharla no resuelve el problema, más bien se espera que la vocación común de trabajo como país apunte a reforzarla y a defenderla.

Por ello, no comparto el que como sociedad nos tengamos que sumir en la negatividad, o en la oscuridad del pesimismo, el resentimiento o el reproche. Porque la solución a este momento crítico no llegará mientras estamos en el sofá haciendo zapping o simplemente porque marchamos con más o menos disgusto en las calles. Realmente es necesario que el motor de la política, léase la ciudadanía, vuelva a ser protagonista con acciones que refuercen la “mejor política”.

Algunos dirán que no ven claridad en el horizonte o que poco se esclarece mirando las encuestas. No es fácil, y es que es difícil comprender que cada política en marcha del Gobierno no apunte al desarrollo de regiones como Aysén. Claro, es entendible ese juicio para quienes no recorren habitualmente nuestra Patagonia Aysén y sus más de 30 localidades. De la misma forma es posible que no se sopese con la magnitud correcta la transformación que implican hoy proyectos emblemáticos en el territorio como el avance de la conectividad terrestre, marítima, aérea y digital, o el impacto social de la inversión del Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas (PEDZE) que ya se amplió en 3 años más, por decisión presidencial.

Así, lo importante, más que las declaraciones, son las acciones. Y eso es lo que hemos estado haciendo.

Es tiempo entonces de prestar mucha atención a los liderazgos que se ciernen en momentos en que la ciudadanía se desafecta y duda de todo el sistema, no porque no sea ilegítimo el cuestionamiento, sino porque conducir ese espacio de complejidades sociales abre un fértil surgimiento de propuestas más populares y hasta antojadizas. Normalmente mimetizadas con discursos meramente sintonizantes con el descontento masivo que tienden a poner en verdadero riesgo el proyecto país, con ofertas de corto plazo. Nuestra respuesta como Gobierno es llevar adelante el programa comprometido, no tenemos excusa para dejar de hacerlo y continuar con lo que falta por hacer.

Quienes estamos en política, sabemos que alguien que diga que tiene la solución inmediata o que dice poder arreglar las cosas solo, está lejos de la realidad. El escenario demanda más trabajo en equipo, más unidad, más transparencia y probidad, más dialogo con y entre todos los sectores, y más estrategias para avanzar que para trabar el desarrollo, porque como se sabe, tanto el ‘status quo’ permanente como el cuestionamiento desatado, no benefician a nadie… o al menos a casi nadie.